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domingo, 23 de enero de 2011

Ni un mal constipado.(En Hoy por Hoy León, 21 de enero de 2011)

Dice Beatriz Robles, y hay que creerla, que para eso nos cuenta la información del tiempo en Radio León todos los días y los viernes la Agenda del Fin de Semana, que en su vida no ha tenido nunca una gripe, ni siquiera un constipado. Eso es una constitución y no la del 78. Resulta verdaderamente envidiable.

Hace pocas semanas estábamos en plena epidemia de gripe y había riesgo de saturación en algunos hospitales. En los servicios de atención primaria, nos daban paracetamol con codeína, la recomendación de beber mucha agua y la de aguantar el chaparrón como se pudiera. ¡Qué lejos queda aquel despliegue alarmado para prevenir la llamada gripe A! Acuérdense de que se hicieron enormes campañas de publicidad, se instauraron protocolos de actuación ante eventuales emergencias, se compraron cantidades ingentes de antivirales o retrovirales o lo que fuese que se comprara. En algunas farmacias se acabaron las mascarillas. Y -siempre nos quedará París- siempre tendremos la duda de si es que la gripe A no iba más allá de una gripe común, o si es que todas aquellas medidas preventivas frenaron una epidemia que hubiera arrasado con muchos de nosotros. Nunca sabremos si es que no era para tanto, o que se hicieron las cosas bien, o que tuvimos suerte. Claro que para suerte, la de Beatriz, inmune ella a tantas cosas, entre otras a la gripe y al constipado. ¡Qué bendición!

Yo creía que el tema del tabaco nos iba a dar para más, pero debe ser que nos hemos civilizado en año nuevo y todo el mundo asume la ley seca pulmonar sin rechistar, de manera que los fumadores cumplen con la norma a rajatabla y se salen a la acera con su cortado en una mano y el cigarrillo en la otra. Está muy bien el invento de las estufas, sobre todo ahora que vuelve de verdad el frío del invierno. Esperemos que, una vez resuelta la logística para la temperatura, se inventen sistemas para recoger las colillas (debe ser que los ceniceros son poco sofisticados y no llaman la atención), porque están empezando a servir de alfombra de entrada en algún bar.

Y sin el tema del tabaco y visto que lo de la Cultural parece que se arregla, a la gente no le queda más tema de conversación que el tiempo, Beatriz. Bueno, el tiempo y la gripe, que me decía un afectado griposo hace algunos días que algo raro debe haber, que no es normal que vayas por el consultorio porque tienes gripe y te pidan que hagas ir a toda tu familia para prevenir. A mí no me ha pasado, lo aseguro, pero quien lo contaba, lo contaba con plena convicción. ¿Será que la gripe de este año, si no es una gripe A como la que se temía el año pasado, viene siendo una hermana pequeña, una gripe, digamos “a minúscula”?

Ya, ya sé que hay más temas de conversación que estos del tiempo y de la gripe. Diría que esta semana los siguientes en el “hit parade de la cola del pescado” son la llegada de la factura del gas y la impresión causada por la factura de la luz. Ambas han irrumpido en nuestras casas como elefante en cacharrería, con cifras de mareo después de la subida del uno de enero, para que nos vayamos acostumbrando a lo que nos espera. Habrá que preguntarle a Beatriz Robles cuando amainará la tormenta.

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