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domingo, 29 de mayo de 2011

Lo que hay es mucho pardal. (En Hoy por Hoy León, 27 de mayo de 2011).

 Esta mañana salió en la conversación el pardal de Valderas. Por si no saben del caso, les cuento que se trata de un gorrión llamado “Manolito” que se había convertido en algo parecido a una mascota para algunos valderenses. Resulta que el tal “Manolito” era manso y amigable, si es que se puede decir eso de un pardal. Se dejaba coger y permitía sesiones fotográficas imposibles con otros individuos de su especie a cambio de chucherías. Dicen que apreciaba especialmente las patatas del bar Florida y precisamente en la marquesina de ese bar había fijado su lugar de residencia. Ahora ha desaparecido. Las cosas ya no pueden ser iguales en la plaza de Valderas. La primavera, la pulsión súbita de su animalidad, ha terminado con este fabuloso cuento. “Manolito” se ha debido liar la manta a la cabeza y ha salido a buscar mundo del brazo de alguna lagarta gorriona con deseos irresistibles de perpetuar los genes de un animal tan singular. La vida siempre termina irrumpiendo. Tarde o temprano, el pulso ecléctico de la vida arrasa con cualquier intento de control. Las barreras, los acomodos, las poltronas, el alpiste fácil de la mano del dueño del bar la Florida, terminan por no satisfacer enteramente a ningún pardal. Creo entender que algo de eso se lee en los resultados de las municipales. No es sólo que le hayan dado una patada a Zapatero en el trasero de los alcaldes socialistas, es que, también, los gorriones que se han echado a la calle en busca de su libertad con pancartas que exigen otro mundo, ya no quieren comer más las patatas picantitas que les sirve el barman, porque saben que están subidas en el punto de sal y sólo son una añagaza para atraparles un poco más y que se tomen otro Prieto Picudo.

Pero somos unos pardales. Nos lo creemos todo. Hay una guerra muy sucia en la red que dispara por todos lados alrededor del movimiento del 15M, la “spanish – revolution”. Una guerra en la que se dispara contra el origen mismo del movimiento, como si el hecho de que si hubiese surgido de un modo o de otro pudiese convertirse en motivo de deslegitimación. Se dice que si fueron agentes del CESID, que si abogados del PSOE, que si blogueros anti Ley Sinde. Las elecciones las han ganado ellos, ellos y el PP, pero más ellos, porque de entrada no quieren jugar al juego de los pardales, aunque quizá resulte que todos terminemos siéndolo. Puestos a desconfiar, podemos desconfiar de todos y de todo. Puestos a creer, tendremos que creer en ellos, en su entusiasmo. Ellos son quienes han ganado las elecciones en la calle, aunque, en las urnas, el Partido Popular se ha quedado él solo con todo el poder autonómico y local. Me costaba mucho al día siguiente volver a ver en los carteles las sonrisas de los candidatos derrotados. ¿Cómo se encaja ahora esta soledad? Se dijo desde las filas del mismísimo PP que ganarían en León, aunque presentasen el palo de una escoba. Se dijo. Quizá haya tentaciones de agarrar ese palo, ahora incuestionablemente victorioso, y medirle las costillas con él a quienes dudaron, pero sería revanchista. Es el momento de saborear la victoria, no la hora de echar sal en las heridas internas.

Hablando de saborear, no sé si siguen cenando pan con chorizo en Botines, lo que sé es que se ha convocado una acción contra la banca para el día 30, una acción simbólica, pero que puede generar un temblor de inestabilidad en el sistema. La propuesta consiste en retirar 150 € ese día de la cuenta corriente. Si lo hiciesen diez millones de personas, saldrían del sistema mil quinientos millones a la vez. Tal vez cambiase algo, aunque me da que soy el más pardal de entre los pardales.

miércoles, 18 de mayo de 2011

De mayor quiero ser menor. (En Hoy por Hoy León, 13 de mayo de 2011)

Al principio los miraba, pero ahora ya ni los veo. Los primeros días, cuando aparecieron de repente de un día para otro y llenaron las calles con sus sonrisas, me fijaba en unos y otros. Sus caras de buena persona, arañadas por el Photoshop para suavizar cualquier línea dura, nos ofrecieron una mañana de viernes un paisaje de sonrisas, un mar de buenas intenciones dibujado en las paredes, en las vallas, en las farolas, hasta en los cubos de basura. Siempre me ha parecido horrible la posibilidad de encontrar mi cara una mañana estampada en el contenedor de la basura y me cuesta asumir que a ellos les guste estar por todas partes, asomándose a nuestra vida con esa cara de santo que ponen para la foto.

En campaña, esto de la foto es una carrera de fondo. No sé a quién le oí decir que algunos indios norteamericanos no se dejaban fotografiar porque tenían la superstición de que cada foto que se les hacía era una porción de vida que se les quitaba. Me vienen a la cabeza algunos nombres de personas que se quedarían en el sitio en cualquier “click”, si hubiese algo de cierto en esa idea. Afortunadamente no es así. De todos modos es curioso cómo algunos evitamos la cámara hasta en bodas, bautizos y demás celebraciones, mientras que otros meten la cabeza en el plano en cuanto que ven la menor oportunidad y no sólo por una cuestión profesional, sino que hay gente a la que le encanta posar para las fotos y otros que, por el contrario, tratamos siempre de escapar. Precisamente de posar se trataba en una de las actividades de la campaña que el Secretariado Gitano estuvo promocionando el pasado miércoles en Armunia. La campaña se llama “De Mayor quiero Ser” y está vinculada a un ambicioso programa de apoyo y orientación educativa para jóvenes gitanos y sus familias que bajo el título “Promociona” está funcionando ya desde hace algún tiempo en León. Había juegos, un mago, talleres de chapas y de pintura y un decorado en el que los muchachos podían elegir entre algunas profesiones para sacarse una foto y poner así su cara a un futuro mecánico, una futuro médico, un posible aviador. La idea es hacer llegar a las casas gitanas que, sin estudios, no hay futuro; que sea cual sea tu sueño, alcanzarlo pasa por el esfuerzo y la educación. En la presentación estaba Pedro Puente, el leonés que preside la Fundación Secretariado Gitano y también llegaron muchas autoridades leonesas, entre otras el candidato popular a la alcaldía y el subdelegado del gobierno, por citar a algunos.

Uno de los padres llevaba una pegatina en el pecho en la que anunciaba que, de mayor, él lo que quería ser es menor y me quedé con la frase en la retina, pensando que es cierto que la ingenua felicidad de la infancia nos parece en ocasiones el refugio más seguro ante la cruda realidad del día a día. A pocos metros de él había un niño guapísimo, de pelo encrespado dominado a fuerza de gomina, que lucía con orgullo un deseo en el pecho, el de ser astronauta de mayor. Y ya un poco tenía en los ojos el cielo. Apuesto a que ése será uno de los que termine Secundaria, uno de los que tendrá la ocasión de cimentar sus sueños. Ojalá que haya muchos como él que contribuyan a destruir el cliché que sobre el pueblo gitano entre todos hemos ido forjando, aunque imagino que todo este esfuerzo es baldío si no llega un cambio decisivo en el interior de las casas, en la privada intimidad de las cocinas. En cualquier caso, ya digo, ese día estábamos por allí muchos payos. Lo que no sé muy bien es quienes salieron en las fotos.

lunes, 9 de mayo de 2011

Conciertos turísticos. (En Hoy por Hoy León, 6 de mayo de 2011)

         El viernes pasado salí por el Barrio Romántico con la idea de tapear por los  bares junto a unos amigos, que no habían venido precisamente de Madrid. A pesar de la lluvia, de la crisis y de la prohibición de fumar, en los bares había bastante ambiente. De hecho, en la mayoría era absolutamente imposible conseguir una mesa y me dio por pensar si sería que tal vez había surtido efecto la campaña de los conciertos turísticos, esa idea que de entrada me pareció absolutamente peregrina de que, anunciando el jueves que el viernes habría un concierto en la Plaza Mayor, se conseguiría que los turistas madrileños, que tenían puente en ese fin de semana, escogiesen León como destino. Ya me lo estoy imaginando: “oye Encarnita, anula lo de Marbella, que tocan Celtas Cortos en León y es gratis”. Igual las cosas no funcionan así y si había tanto bullicio en las callejas cercanas al Cid, no era porque hubiesen venido los turistas para disfrutar de un concierto.

Ya habíamos tomado bastante aire a esas alturas, porque ya eran más de las diez y media, así es que decidimos sentarnos a cenar algo en el primer sitio que encontrásemos. Y así lo hicimos, solo que, cuando se consumó el milagro de encontrar libre una mesa para cuatro, nos atendió un camarero malhumorado que nos ofrecía para cenar “marisco, carne o pescado”. Nos pareció una especie de juego, no podíamos creer que aquel camarero estuviese hablando en serio, hasta que comprendimos que no era una broma, que nos estaba echando del peor modo posible, con una desatención que rayaba a la altura de la más insolente mala educación. Debía de ser porque no éramos turistas madrileños o porque habíamos topado con la simpatía personalizada. Menos mal que no soy un turista, me dije, me hubiera ido a mi pueblo hablando pestes de la gente de león.

En otra jugada maestra para atraer al turismo, se gasta el Ayuntamiento un pastizal en el concierto que habrá esta noche en León Arena del ex del Canto del Loco. Ya me lo estoy imaginando: “Encarnita vamos a hacer las maletas, que nos vamos a León, que hay un concierto de Dani Martín en la Plaza de Toros”. ¿Qué quieren que les diga? Tampoco lo veo. Sobre todo si tenemos en cuenta que se entregaron seis mil entradas el pasado miércoles, unas entradas invitación que se repartían de cuatro en cuatro y que, en aproximadamente una hora, ya se habían acabado. Todavía cabe la oportunidad de luchar por alguna de las mil entradas de reserva que dicen que se repartirán hoy entre quienes quieran ir a ver el concierto. Hay que señalar que en ningún momento se menciona que tengan prioridad los turistas, aunque fueran madrileños.

Curiosa acción esta última para favorecer el turismo, una acción que puede que cueste una pasta y que, si se hizo con fines turísticos, supone un rotundo fracaso. A no ser que... A no ser que esta idea de los conciertos tenga que ver con el inicio de la campaña electoral para las municipales y autonómicas, un modo de sumar público al mitin con el que abre esta noche el presidente Rodríguez Zapatero. Pan y circo, dicen algunos, pero sin pan. Escándalo manifiesto, acusan otros. El hecho es que la muchachada toda de León estará recogida en la Plaza de Toros, a cuatro pasos del mitin de apertura de campaña del PSOE y - ¡qué le vamos hacer!- si no es esa la intención, lo parece de un modo tan descarado, que más vale asumirlo y no enredarse en historias de atraer turistas en los puentes.

lunes, 2 de mayo de 2011

Y ahora se me caducan los yogures. (En Hoy por Hoy León, 30 de abril)

No es por contarles mi vida, pero como la semana pasada teníamos que viajar de lunes a jueves y después se contaba con que estuviese cerrado el comercio de viernes a domingo, hubo que hacer compra grande en la casa antes de que empezase la Semana Santa y lo malo es que no calculamos bien por dónde les iba a dar a los muchachos con el tema de las meriendas y se ve que las previsiones de consumo de lácteos fracasaron, con lo que ahora nos encontramos con que se nos caducan los yogures. Podría valer como lección de economía doméstica, pero no se trata de eso. Lo que me preocupa es saber, en el caso de que me ponga malo por comerme los yogures que se me han caducado en la nevera, si tengo que encadenarme protestando en la puerta de la Junta o si me tengo que ir a Madrid a algún ministerio, porque no termino de aclararme con lo que ha pasado este fin de semana en el comercio.

No me ha quedado claro en absoluto si quienes multaban a los establecimientos que abrieron el día veintitrés eran funcionarios de la Junta funcionando como tales o si estaban ejecutando órdenes ministeriales. Les aseguro que me resultó chocante, cuando oí la noticia, aquello de que era cosa del Ministerio de Trabajo y no exactamente de la Junta. Se ve que estaba medio dormido y no debí de entenderlo bien. El caso es que, parece que ha habido una especial presión por parte de la Inspección de Trabajo en relación con la apertura del pequeño comercio el día de la Comunidad. Según la normativa de la Junta, existía la posibilidad de que se abriese ese día a pesar de ser festivo, pero con la condición de que se asegurase el derecho de los trabajadores a disfrutar de la jornada festiva. Vaya lío con tanta fiesta, tanta coincidencia y tanto conflicto de intereses. Resulta que una ley que en principio está hecha para proteger a pequeños comerciantes frente a grandes superficies termina por perjudicar a los más débiles, que ven cómo la propia restricción del número de días festivos en los que se puede abrir a lo largo del año se vuelve contra ellos. Además, la acumulación de cuatro días festivos en la misma semana provoca la necesidad de que los consumidores podamos hacer eso que mejor sabemos, consumir, al menos uno de esos días. Por otro lado, los trabajadores preferían abrir el Jueves Santo y poder coger al menos un puente de tres días, pero los empresarios, por su parte, miraron las cuentas del año pasado y vieron que no podían dejar escapar la caja del Sábado Santo. Por si fuera poco tenemos el lío de las procesiones y Villalar, porque en León nadie discute que es más fiesta un Jueves Santo que el día de la Comunidad. Así es que ese fue el pitote, un pitote que a algunos nos pilló con el paso cambiado, con lo que terminamos comprando más yogures de la cuenta y ahora se nos caducan en la nevera.

Habrá que ver en qué para el asunto de las sanciones. Los empresarios tienen muy claro que hicieron lo que debían, los sindicatos avisaron con tiempo que si se abría ese día habría denuncias, los inspectores actuaron, los consumidores compraron, haciendo que ese día fuese, a pesar de la lluvia, un día de muchas ventas, los trabajadores trabajaron, unos dicen que por voluntad propia, otros dicen que por voluntad propia pero porque no les quedaba más remedio. La patata caliente está en las manos de la Junta. Sería bonito que el tema se resolviese antes de las elecciones, pero me da en la nariz que esto no se va a resolver inmediatamente.