Buscar este blog

lunes, 2 de mayo de 2011

Y ahora se me caducan los yogures. (En Hoy por Hoy León, 30 de abril)

No es por contarles mi vida, pero como la semana pasada teníamos que viajar de lunes a jueves y después se contaba con que estuviese cerrado el comercio de viernes a domingo, hubo que hacer compra grande en la casa antes de que empezase la Semana Santa y lo malo es que no calculamos bien por dónde les iba a dar a los muchachos con el tema de las meriendas y se ve que las previsiones de consumo de lácteos fracasaron, con lo que ahora nos encontramos con que se nos caducan los yogures. Podría valer como lección de economía doméstica, pero no se trata de eso. Lo que me preocupa es saber, en el caso de que me ponga malo por comerme los yogures que se me han caducado en la nevera, si tengo que encadenarme protestando en la puerta de la Junta o si me tengo que ir a Madrid a algún ministerio, porque no termino de aclararme con lo que ha pasado este fin de semana en el comercio.

No me ha quedado claro en absoluto si quienes multaban a los establecimientos que abrieron el día veintitrés eran funcionarios de la Junta funcionando como tales o si estaban ejecutando órdenes ministeriales. Les aseguro que me resultó chocante, cuando oí la noticia, aquello de que era cosa del Ministerio de Trabajo y no exactamente de la Junta. Se ve que estaba medio dormido y no debí de entenderlo bien. El caso es que, parece que ha habido una especial presión por parte de la Inspección de Trabajo en relación con la apertura del pequeño comercio el día de la Comunidad. Según la normativa de la Junta, existía la posibilidad de que se abriese ese día a pesar de ser festivo, pero con la condición de que se asegurase el derecho de los trabajadores a disfrutar de la jornada festiva. Vaya lío con tanta fiesta, tanta coincidencia y tanto conflicto de intereses. Resulta que una ley que en principio está hecha para proteger a pequeños comerciantes frente a grandes superficies termina por perjudicar a los más débiles, que ven cómo la propia restricción del número de días festivos en los que se puede abrir a lo largo del año se vuelve contra ellos. Además, la acumulación de cuatro días festivos en la misma semana provoca la necesidad de que los consumidores podamos hacer eso que mejor sabemos, consumir, al menos uno de esos días. Por otro lado, los trabajadores preferían abrir el Jueves Santo y poder coger al menos un puente de tres días, pero los empresarios, por su parte, miraron las cuentas del año pasado y vieron que no podían dejar escapar la caja del Sábado Santo. Por si fuera poco tenemos el lío de las procesiones y Villalar, porque en León nadie discute que es más fiesta un Jueves Santo que el día de la Comunidad. Así es que ese fue el pitote, un pitote que a algunos nos pilló con el paso cambiado, con lo que terminamos comprando más yogures de la cuenta y ahora se nos caducan en la nevera.

Habrá que ver en qué para el asunto de las sanciones. Los empresarios tienen muy claro que hicieron lo que debían, los sindicatos avisaron con tiempo que si se abría ese día habría denuncias, los inspectores actuaron, los consumidores compraron, haciendo que ese día fuese, a pesar de la lluvia, un día de muchas ventas, los trabajadores trabajaron, unos dicen que por voluntad propia, otros dicen que por voluntad propia pero porque no les quedaba más remedio. La patata caliente está en las manos de la Junta. Sería bonito que el tema se resolviese antes de las elecciones, pero me da en la nariz que esto no se va a resolver inmediatamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario