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lunes, 12 de marzo de 2012

No fly, good fly. (En Hoy por Hoy León, 9 de marzo de 2012)

Me he enterado esta semana, inculto que es uno, de que ese viejo aforismo tan inglés, “no news, good news”, en realidad tiene origen latino, y procede del dicho italiano “nulla nuova, buona nuova”. En la traducción castellana, “ninguna noticia, buenas noticias”, no suena tan bien, quizá por eso lo empleamos tantas veces en inglés que es más “chic”, vocablo francés que quiere decir que dónde va a parar.

Resulta que esta semana sí que ha habido noticias respecto a uno de los problemas más de moda en las tertulias, la infrautilización del aeropuerto. La noticia ya la saben, que, de cerrarse el acuerdo que negocia con el consorcio, a partir del próximo mes de abril la compañía burgalesa Good Fly podría empezar a vender sus billetes para los vuelos que despegarán desde el aeropuerto leonés hacia Sevilla, Málaga, Valencia y Alicante, vuelos que empezarían a realizarse el día uno de junio. Hasta entonces, y desde el 25 de marzo, los 80 millones de euros que costó el aeropuerto estarán al servicio del solitario vuelo de Air Nostrum a Barcelona y de lo que se conoce como aviación general. Vamos, lo que podría definirse como una situación de “no flys”, es decir, que en el aeropuerto podría suceder que algún día no aterrizasen ni las moscas. Lo bueno es que, según el dicho, “no flys, good flys”, que traducido viene a decir que aquí el que no se consuela es porque no quiere.

La solución “Good Fly” para darle vidilla al aeropuerto seguramente es interesante, y puede que dependa, como dicen muchos, del precio de los billetes y del grado de utilización por parte de los usuarios. A mí me causa cierta perplejidad ver en alguno de los aviones de la nueva compañía los viejos logos de la desaparecida Lagun Air y me hace pensar si será el mismo perro con distinto collar. Entiendo que no, que es que, simplemente, una cosa tan cara como un avión no se puede mandar a la chatarra así como así y que es normal que esta compañía tan joven haya comprado aparatos de segunda mano en lugar de irse al concesionario a comprarlos nuevos. En cualquier caso quiero decir que el problema no está en si Air Nostrum, Good Fly o Ryan Air. El problema es el de siempre, el que nos lleva a analizar el plan estratégico de transportes y comunicaciones a largo plazo que se ha diseñado para nuestro país. En su día hubo una discusión sobre si el modelo para el transporte de viajeros en Europa debía ser el tren de alta velocidad o el avión. España, ¿cómo no?, hizo una apuesta doble y tiró por las dos cosas. Crecieron aeropuertos como setas y se planearon nuevas líneas de tren de alta velocidad, eso sí, comprando los trenes a los alemanes, aunque exista un producto español que se llama Talgo que es tan bueno o mejor, los árabes lo saben. Ahora resulta que viene la crisis y nos pilla con las líneas férreas sin terminar y con los aeropuertos medio vacíos. Mientras tanto, las carreteras llenas de camiones transportando mercancías y millones de coches transportando viajeros con precios escandalosos en los surtidores de las gasolineras. Derroche y contaminación, una solución brillante.

Que sea bienvenida esta nueva compañía y que haga posible eso que siempre digo, que mejorar las comunicaciones no es solo para que los de León vayamos fuera, sino, sobre todo, para que desde fuera vengan a León.

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