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jueves, 10 de mayo de 2012

Todos para Una. (En Hoy por Hoy León, 4 de mayo de 2012)


      Mientras que en la acera del PSOE se abren varias vías ante la perspectiva del futuro congreso provincial, en la acera de enfrente todos los conatos de disensión se han extinguido y ya hasta el Alcalde de Ponferrada, que había tenido sus más y sus menos ha terminado por admitir que no hay más liderazgo en el PP leonés que el de su Presidenta.

         Se ve en la fotografía que se publicó en la prensa esta semana, una imagen en la que, según todos los pies de foto -porque uno no ha tenido la paciencia de contar las cabezas- posan junto a la Presidenta trescientos cargos del Partido. Toda una demostración de poderío. Ella en el centro, a los pies de la escalinata de la Iglesia de San Juan y San Pedro de Renueva, con todos los cargos que la arropan formando sonrientes a su alrededor. Me resulta curiosa la elección del escenario. Parece que se deba más a cuestiones estéticas que ideológicas, en el sentido de que la foto tenía que hacerse en una escalera para que pudieran verse bien todas las caras, digo yo que más que para ver las caras de los que están, para echar de menos las caras de los que faltan. Es justo lo contrario de lo que decía Alfonso Guerra con su ya mítico “aquí el que se mueva no sale en la foto” y da la impresión de que se trata, por el contrario, de un “aquí, al que no esté en la foto, que ni se le ocurra moverse”. Por eso los hay que andan subidos a la barandilla, para que quede clara constancia de su presencia. Me viene a la cabeza, observando esta imagen, la consabida consigna de los cuatro mosqueteros, que en este caso sufre una pequeña variación y se convierte en un “todos para una y una para todos”.

         La unidad del PP salta a la vista en todas sus manifestaciones. Siempre el mismo discurso para justificar los recortes, la misma alusión a una situación “caótica y excepcional”, la pesada herencia recibida que ha sido, según ha dicho la Presidenta Provincial “mucho peor que la peor expectativa”. ¿Cómo no vamos a estar contentos aguantando los recortes? La verdad es que tiene su guasa que alguien pueda creer que la sociedad está contenta asumiendo las medidas que el gobierno Rajoy está imponiendo. Tiene mucha guasa que la Presidenta de la Diputación afirme que la población está encantada con el copago farmacéutico. Tiene su guasa porque una cosa es decir que hay que racionalizar el gasto farmacéutico y otra que estemos encantados con volver a pagar en la farmacia lo que ya pagamos con nuestros impuestos. Seguro que hay muchos modos de rebajar la factura farmacéutica, pero, como siempre, es más fácil meternos la mano directamente en el bolsillo a los de la clase media que pensar en alguna posibilidad que pudiera mermar los impresionantes beneficios de las compañías farmacéuticas, esos laboratorios que tienen a nuestros médicos de paseo por medio mundo en fastuosos congresos, que utilizan sistemas de presión más que sutiles para que sean sus medicamentos y no otros los recetados, que dispersan a sus vendedores suculentamente pagados por los pasillos de hospitales y centros de salud controlando la buena marcha del negocio.

         Encantados no estamos, seguro que alguien ha malinterpretado sus palabras, porque nadie puede estar encantado viendo que en este gran pastel que es el negocio de la salud, seamos siempre los de en medio los que pagamos.

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