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domingo, 24 de junio de 2012

Ni en Babia, ni en Laciana. (En Hoy por Hoy León, 22 de junio de 2012)


Menos mal que mañana juega la roja. Y más vale que le ganemos a Francia, porque si pierden (siempre ganamos todos y pierden ellos solos), hasta que empiecen las Olimpiadas, vamos a tener más de un mes hueco de audiencias masivas en televisión y habrá que llenar los informativos con noticias de lo que realmente pasa. No digo que ahora no se haga, solo que el Europeo ocupa un espacio enorme que, si mañana pierde España, será bien difícil de llenar.

Es verdad que en lo que nos afecta cada día, no vamos a encontrar grandes diferencias pase lo que pase mañana. Los informativos que se ocupan de lo más cercano seguirán hablando del carbón, del ERE de antibióticos, de la falta de liderazgo en el PSOE leonés a pesar del último Congreso, del desfile de senadores populares haciendo la yenka a la hora de votar y aún el día después, con un despliegue de actividad mediadora que sorprende, ya que no habíamos tenido noticias anteriores de semejante toma de posición. Vemos mineros en cada rincón, en cada sillón, en cada poltrona. Alcaldes mineros, mineros de salón, mineros de tertulia, mineros de mono azul reluciente en manifestaciones repletas de niños, políticos, empresarios, sindicalistas, ciudadanos de todo tipo y condición.

Se hablará este verano de recortes. De severos recortes en la administración de la educación y severísimos requeterecortes en la educación misma. Veremos llegar el aumento del IVA (ese impuesto que dicen progresista y que a mí me espanta, porque no encuentro mayor injusticia que los impuestos indirectos). Será el verano un buen momento para la aparición de los copagos. Quizá nos llegue a tiempo la oportunidad de pagar más peajes de los que ya pagamos. Se nos recortarán los sueldos, pero, si mañana gana España su partido, nos iremos a ver los fuegos de San Juan pensando que no nos pasa nada, que todo es perfecto, que después se podrá ganar a Portugal y luego a Alemania o a quien se ponga por delante y pondremos más banderas asomándose a las ventanas, convertiremos nuestros coches en pseudocoches oficiales, con esas banderitas que decoran las antenas. España saca pecho en sus banderas.

A esa hora del fútbol, todavía estarán de fiesta en Carrasconte, en eso que el amigo Manel ha puesto en pie con toda la magia que se le escapa por la manga, esa sonrisa permanente, más allá del chiste, en la desoladora soledad del descubrimiento de su enfermedad. Lo explico. Manel tiene Parkinson desde muy joven y estuvo desorientado, hasta que supo encontrarse con la gente de la Asociación y emprendió un camino más fácil de andar, al andarlo con otros. Ahora se le ha metido en la cabeza poner en marcha un centro en el que se pueda atender a los enfermos de Parkinson que viven en Babia y en Laciana y, para recaudar fondos, se ha inventado esta fiesta de mañana, este encuentro de música tradicional con el Parkinson en Babia y Laciana. Seguro que el encuentro es un éxito. Si además gana España, será la bomba. Lo que más gracia me hace es que haya escogido Carrasconte para celebrar el evento, precisamente porque está a la vez en Babia y en Laciana, o quizá no esté ni en Babia ni en Laciana, como yo este verano, que desaparezco en una bandera de España, haciendo como el avestruz, para no ver todo lo que pasa.

viernes, 15 de junio de 2012

La selección, es decir, la PAEU. (En Hoy por Hoy León, 15 de junio de 2012)


Este miércoles, a eso de las ocho y pico de la mañana, latía la ansiedad en el Campus de Vegazana. Muchos llegaban caminando, en pequeños grupos, haciendo comentarios sobre las previsiones del día o aventurando un resultado final. La mayoría se encontraba con sus compañeros de clase a la entrada de la Facultad, organizando pequeños corros alrededor de sus profesores, esperando las últimas instrucciones, revisando documentos, comprobando que todo estaba en orden.

         Aparte de los nervios de último momento, los jóvenes que el curso próximo estudiarán en la Universidad se disponían a esa hora, en un día magnífico de sol, a pasar por el tormento relativo de las pruebas de acceso a los estudios universitarios, la famosa selectividad, con la seguridad de saber que alrededor del noventa por ciento de los que se presentan en junio consigue aprobar. Los que estaban nerviosos eran los padres. “Bebe agua, apaga el móvil, escribe lo más claro posible. En cuanto termines me llamas para saber cómo te ha salido…”. Creo que uno de los defectos que sufre nuestro sistema educativo es la sobreprotección de los que se educan, si bien es cierto que, en los ámbitos en los que el fracaso escolar es más acusado, siempre se señala como una de las causas la falta de implicación de las familias. No, si ya lo decía Aristóteles, que vicios semejantes son el exceso y el defecto. El caso es que me llamó la atención ver tanto padre preocupado, arropando con su ala protectora al polluelo que empieza a romper el cascarón para salir definitivamente del nido. Quizá tenga que ver con la resistencia a envejecer, con la negativa a asumir que nos hacemos mayores y que ahora ya los jóvenes son ellos. No sé por qué nos empeñamos en hacer de la juventud un valor incuestionable, cuando una sociedad inteligente debería favorecer el respeto a las personas mayores como fuente de experiencia y sabiduría. En fin, este miércoles, en el Campus, se veía más preocupación en el rostro de los adultos que en la cara alegre y confiada de los jóvenes. Luego los padres se fueron. Se llenaron las aulas y fue el momento de los chicos, que enfrentaron sus exámenes lo mejor que pudieron.

         Otro asunto fue el de ayer, en la prueba de matemáticas. A veces pienso que la vida es así, como un mal examen de matemáticas, uno de esos malditos exámenes en los que cada apartado se encadena con el anterior, de manera que si te confundes en el primero, por mucho que sepas, ya tienes mal hasta el último, uno de esos exámenes en los que una mala decisión compromete totalmente el resultado. Me pregunto si este examen de matemáticas impedirá que algunos posibles futuros médicos lleguen algún día a serlo, si las décimas que se les hurtan por ese error pueril en un apartado, les obligarán a truncar su vocación. Quizá, si la vida es realmente un efecto mariposa, algún día quien diseñó este examen se vea privado de la intuición del médico que uno de estos chicos hubiera sido, pero que nunca pudo ser. Me parece injusto que lo llamen selectividad, cuando se trata de una selección, un filtro aleatorio, un vil embudo por el que entran todos a mogollón y del que salen ordenaditos de uno en uno, quizá convertidos en chorizos de carne picada como en el video-clip de Pink Floyd. Pero puede que el problema sea en el fondo que, entre todos, hemos convertido en eso la tarea tan bella que es la educación, construyendo, ladrillo a ladrillo, el muro de la enseñanza.

viernes, 8 de junio de 2012

Somos. (En Hoy por Hoy León, 8 de junio de 2012)


De sueños están hechas algunas crepes. Tengo que decir “crepes”, porque el diccionario así lo recoge, pero me gusta más el término “filloas”, y eso que, aunque haya quien los da por sinónimos, en Galicia se sabe bien que no son la misma cosa. Digo que algunas de estas tortas están hechas de sueños porque las manos que las amasaron escogieron un deseo dándoles la vuelta. Pedir un deseo al dar la vuelta a la crep es creer que un gesto puede hacer que tu vida sea distinta y, puede que parezca cosa de fantasía, pero estamos muchos que pensamos que es así.

He dicho estamos y debería haber dicho “somos”. Hoy es día ocho de junio, así es que hoy es el día para darle la vuelta a las cosas, el día elegido por el movimiento “Somos!” para demostrar que es posible cambiar, que está en nuestra mano hacerlo, en la mano de esa mayoría de personas que pensamos que es preciso cambiar el mundo. Así es que no hace falta meterse en la cocina para dar vuelta a las filloas y pensar en un deseo cada vez. Podemos unirnos a este movimiento y con un gesto, el gesto simple de vestirnos hoy una prenda al revés, demostrar que estamos haciendo realidad ese cambio.

El movimiento “Somos!” está impulsado por 25 ONGs y apoyado por empresas, medios de comunicación y personas célebres de nuestro país, que quieren hacer de este día ocho de junio un día para agradecer todo el apoyo y la implicación que reciben las ONGs por parte de sus socios y colaboradores. Hay más de tres millones de personas que colaboran con este tipo de organizaciones, tres millones de personas que participan activamente de la solidaridad, porque, como se desprende del estudio realizado por Elsa Punset, una de las principales artífices de la campaña, “los humanos ayudamos  porque somos capaces de sentir y de ponernos en la piel de los demás. Y ayudar genera una gran felicidad, personal y colectiva”. Es lo que han llamado “teoría de la solidaridad”. Yo no sé bien si esa teoría de la solidaridad es correcta o no. Lo que sí que veo es que en este mundo tan exageradamente individualista en el que nos movemos, cuando nos encontramos con los otros reconocemos nuestro originario ser social. Quiero decir que el hombre es una animal político porque está hecho para vivir con los otros, vivir en la polis, o mejor dicho, el hombre es así porque ha evolucionado socialmente, porque su herencia cultural tiene tanta importancia o más que la herencia biológica, porque somos hombres en la medida que convivimos, en el sentido más exacto de la palabra: vivir con los otros. Entender eso es asumir la necesidad irrenunciable de la solidaridad. Y el gesto, que quizá pueda parecer ridículo, es importante. Si hoy ven a alguien paseando por la Calle Ancha con los vaqueros puestos del revés, no crean que se ha vuelto loco. Está mostrando su deseo de hacer de este mundo nuestro un mundo más humano.

Y de la importancia de los gestos, en estos días de lucha por el futuro de la minería, vale recordar el gesto del Senador García llevando un casco al Presidente o el del Senador Morano con su sorprendente toma de posición, pero sobre todo, el compromiso total de quienes se han encerrado en el pozo, en la Diputación, de quienes sacan la protesta a la calle y a las carreteras, quienes sufren en la tranquila plaza del pueblo la amenaza gris de la fuerza. Mucho más que un gesto.

viernes, 1 de junio de 2012

La cuantía que se ejecutó. (En Hoy por Hoy León, 1 de junio de 2012)


Dice el Ministro Soria que la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte. Bueno, no dijo exactamente eso, pero dijo algo acerca de la cuantía de la partida que se recortó a la partida inicial del año pasado en una cuantía que es igual a la cuantía que se ejecutó que es la que se va a ejecutar este año. No sé si me entienden, imagino que poco.

Ya ven que la cosa me recuerda inmediatamente aquel memorable diálogo de besugos entre Groucho y Chico Marx en su genial película “Un día en la Ópera”. No sé si lo recuerdan: ¿Ha dicho algo? / Nada que valga la pena oírse / Tal vez por eso no oí nada / Por eso no he dicho nada. Esa es la filosofía del Ministerio de Industria: digan ustedes lo que quieran que no les voy a escuchar, porque nosotros ya hemos hecho nuestras cuentas y para el carbón no hay más que la cuantía que se ejecutó. Es para preguntarle al señor Soria aquello que sin venir a cuento le pregunta Groucho a Chico cuando le resulta demasiado pequeña la letra del contrato y necesita alargar más los brazos para poder leer: ¿No tiene por casualidad un chimpancé en el bolsillo?

El tema es que, si la parte contratante de la primera parte es considerada como la parte contratante de la primera parte, la parte contratante de la segunda parte será considerada como la parte contratante de la segunda parte. Y ese es el problema, que no se trata solo del desamparo de la minería, sino que, efectivamente, el desmantelamiento de la minería del carbón, por mucho que a algunos les pueda parecer exagerado, llevará a las comarcas mineras a una situación crítica, porque no habrá alternativas de desarrollo económico a corto plazo. Además, a quienes argumentan que en una sociedad capitalista el estado no debe interferir en el mercado, habrá que recordarles la importancia estratégica del sector de la energía para el impulso del resto de los sectores productivos. La política energética es capital para el desarrollo económico de un país. Así es que, como también se dice en el diálogo de los Marx, cabría preguntarle al Ministro, en relación con otros sectores en la producción de energía, lo que pregunta Chico: “¿Cómo es que mi contrato es más pequeño que el suyo?” “Será porque usted es más chico que yo”, le contesta Groucho.

Hace poco he sabido de la existencia de Reganosa, una planta de gas construida en la ría de Ferrol para dar servicio a tres Centrales Eléctricas de Ciclo Combinado que no existían antes de construirse la propia planta, es decir otra vez la parte contratante de la octava parte. El caso es que, al margen de cuestiones medioambientales y urbanísticas, la tal Planta de utilización del gas para la producción de energía eléctrica genera un déficit de 60 millones de euros al año. Resulta que ese déficit lo pagamos todos los meses en el recibo de la luz, para compensar a las compañías eléctricas por haber realizado este tipo de construcciones que para nada está claro que hicieran falta. Lo bueno del caso es que hay unas 60 plantas de este tipo en todo el mundo y en España hay 7, cuando, según algunas opiniones, con dos y una de reserva ya sería bastante. Ya ven, se cierra el carbón y se abre la espita del gas. En cuanto se encienda una chispa, todo por los aires. No me digan que no es para ponerse eléctrico.