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viernes, 1 de junio de 2012

La cuantía que se ejecutó. (En Hoy por Hoy León, 1 de junio de 2012)


Dice el Ministro Soria que la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte. Bueno, no dijo exactamente eso, pero dijo algo acerca de la cuantía de la partida que se recortó a la partida inicial del año pasado en una cuantía que es igual a la cuantía que se ejecutó que es la que se va a ejecutar este año. No sé si me entienden, imagino que poco.

Ya ven que la cosa me recuerda inmediatamente aquel memorable diálogo de besugos entre Groucho y Chico Marx en su genial película “Un día en la Ópera”. No sé si lo recuerdan: ¿Ha dicho algo? / Nada que valga la pena oírse / Tal vez por eso no oí nada / Por eso no he dicho nada. Esa es la filosofía del Ministerio de Industria: digan ustedes lo que quieran que no les voy a escuchar, porque nosotros ya hemos hecho nuestras cuentas y para el carbón no hay más que la cuantía que se ejecutó. Es para preguntarle al señor Soria aquello que sin venir a cuento le pregunta Groucho a Chico cuando le resulta demasiado pequeña la letra del contrato y necesita alargar más los brazos para poder leer: ¿No tiene por casualidad un chimpancé en el bolsillo?

El tema es que, si la parte contratante de la primera parte es considerada como la parte contratante de la primera parte, la parte contratante de la segunda parte será considerada como la parte contratante de la segunda parte. Y ese es el problema, que no se trata solo del desamparo de la minería, sino que, efectivamente, el desmantelamiento de la minería del carbón, por mucho que a algunos les pueda parecer exagerado, llevará a las comarcas mineras a una situación crítica, porque no habrá alternativas de desarrollo económico a corto plazo. Además, a quienes argumentan que en una sociedad capitalista el estado no debe interferir en el mercado, habrá que recordarles la importancia estratégica del sector de la energía para el impulso del resto de los sectores productivos. La política energética es capital para el desarrollo económico de un país. Así es que, como también se dice en el diálogo de los Marx, cabría preguntarle al Ministro, en relación con otros sectores en la producción de energía, lo que pregunta Chico: “¿Cómo es que mi contrato es más pequeño que el suyo?” “Será porque usted es más chico que yo”, le contesta Groucho.

Hace poco he sabido de la existencia de Reganosa, una planta de gas construida en la ría de Ferrol para dar servicio a tres Centrales Eléctricas de Ciclo Combinado que no existían antes de construirse la propia planta, es decir otra vez la parte contratante de la octava parte. El caso es que, al margen de cuestiones medioambientales y urbanísticas, la tal Planta de utilización del gas para la producción de energía eléctrica genera un déficit de 60 millones de euros al año. Resulta que ese déficit lo pagamos todos los meses en el recibo de la luz, para compensar a las compañías eléctricas por haber realizado este tipo de construcciones que para nada está claro que hicieran falta. Lo bueno del caso es que hay unas 60 plantas de este tipo en todo el mundo y en España hay 7, cuando, según algunas opiniones, con dos y una de reserva ya sería bastante. Ya ven, se cierra el carbón y se abre la espita del gas. En cuanto se encienda una chispa, todo por los aires. No me digan que no es para ponerse eléctrico.

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