Buscar este blog

martes, 25 de septiembre de 2012

Agua y Albéitar. (En Hoy por Hoy León, 21 de septiembre de 2012)


         El martes por la noche, en la Plaza de San Marcelo, a las puertas del Ayuntamiento, en las barbas mismas de los policías locales, que en ese momento milagrosamente no estaban en la puerta controlando el aparcamiento reservado a la municipalidad, hubo una discusión digna de entrar en la Historia Universal no digo ya de la Infamia, pero sí de la Vesania.

         Se trataba de una discusión sobre si galgos o podencos, porque lo que se debatía, mientras un operario del Servicio de Limpieza desplegaba su poderosa manguera sobre las piedras del solado de la Plaza, era si son mejores las patatas que se riegan mucho o las que crecen con poco agua, si es mejor criar patatas grandes, cuánto más grandes mejor, o si por el contrario son preferibles las pequeñas, por sabrosas. Les digo que la discusión alcanzó tintes dramáticos, con descalificaciones del tipo “tú qué vas a saber de patatas si eres el único hortelano en el mundo que planta las msimas patatas de una año para otro en el mismo sitio” o “cállate, anda, que para encontrar las patatas en tu huerto hay que llevar microscopio con la azada”. Mientras los hortelanos de ciudad discutían sobre su capricho, el operario de limpieza había empezado a regar la Plaza, arrastrando con el chorro de agua de la manguera toda la porquería que encontraba a su paso, cambiándola de sitio, arrinconándola, quizá levantando también, en un indeseable efecto colateral, algún elemento minúsculo del empedrado.

            Me dio por pensar algo que después se ha subrayado con la petición de los Regantes del Porma al Ayuntamiento de León para que modere el riego de calles y jardines y es que se hace raro ver el derroche nocturno de agua tras los pasos de la cochambre, cuando los embalses están en unos niveles que dan miedo. Habría que pensarse si el Club Náutico debía estar en el Embalse de Luna o en el mismísimo San Marcelo, que a esa hora de la noche -es una exageración, ustedes me entienden- parecía que había más agua en el centro de León que en el mismísimo Pantano. Al final tuvimos que marcharnos, porque aquel hombre tenía que hacer su trabajo y dejamos lo del huerto para otro día, pero yo me volví para casa dándole vueltas a eso del ciclo del agua, pensando que por algún sitio se nos escapa algo, que el agua que no nos ha llovido tiene que haberse escondido en alguna parte y no solo en los desagues por los que se vierten litros y litros cada día a manos de los que nos dejan tan limpias las calles.

         Es muy de los árabes este gusto por el agua, aunque para ellos, por escasa, es un bien muy preciado, de modo que saben conservarla y reutilizarla y hablo ahora de los árabes, aunque sea mezclar las cosas, porque me pregunto si habrá sido algún manguerazo el que ha barrido la Casa del Estudiante de entre los servicios que presta la Universidad de León. El anuncio habla del mes de Septiembre, pese a que hay voces que alertan de un cierre permanente, de manera que cabe la posibilidad de que El Albéitar, esa palabra árabe, que funciona como sinónimo de veterinario, esté cerrado para estudiar todo el curso por mor de los recortes, de manera que los estudiantes se vean obligados como único recurso a recluirse en la Biblioteca del Campus de Vegazana. Decidan ustedes mismos si es o no es una animalada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario