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viernes, 7 de junio de 2013

Cosas que conviene contar. (En Hoy por Hoy León, 7 de junio de 2013)

Ella dijo que son cosas que no hay que contar y que conste que no acostumbro a discutir lo que dice, porque uno va sabiendo a quien y cuando se le deben discutir según qué cosas, pero esta vez no voy a hacerle caso y lo voy a decir, aunque no sea un tema estrictamente de León y se escape un poco al contenido de esta columna.

Ocurrió hace ya algunos días. La Reina Doña Sofía visitó en Madrid la Fundación Bobath, un centro dedicado al tratamiento integral de las personas afectadas de parálisis y daño cerebral, que se ocupa de la atención temprana a niños, pero que también tiene un colegio en el que pueden estudiar. El martes conocí a dos chicos que este año se gradúan en Secundaria. La Fundación tiene, además del Colegio de Educación Especial y el Centro de Atención Temprana, un Centro de Día, un Centro de Formación en el Concepto Bobath dirigido a profesionales y un Centro de Investigación en el Concepto Bobath. La Presidenta de la Fundación, Luisa Fúnez, es esa mujer de la que hoy les hablo, alguien con quien no les recomiendo discutir. Precisamente la de hoy es una tarde especial para ella, pero eso sí que son cosas que no les voy a contar.

Así es que ocurrió, como les digo, el pasado 28 de mayo, cuando la Reina hizo esta visita. Demostró eso que tantas veces se ha dicho de ella, que es una profesional. Precisamente en estos momentos en los que tanto llueve sobre la Monarquía, la Institución necesita mostrar su cara más íntegra. Su Majestad se interesó por los aspectos más básicos del funcionamiento del Centro, la atención, el compromiso del equipo de personas que trabaja todos los días con una realidad tan impactante para los que desconocen el problema, la tipología de niños afectados, preguntas que evidenciaban una preparación soberana del tema. Pero es que más allá de las cuestiones técnicas, Doña Sofía se acercó a los niños, estuvo con ellos, los tomó por las manos, les habló, se llevó un dibujo en el que aparece ella subida a un columpio mientras el propio niño que lo dibujó la está columpiando. Conoció a una niña inmigrante con la que sale en una de las fotos más bonitas que he visto, una imagen de la alegría de sentirse atendido, eso que siempre saben dar estos niños. La alegría de un niño que se sabe protegido, cuidado, querido. Se llevó muchas cartas la Reina, cartas escritas como las que en invierno se escriben a los Reyes Magos. Me consta que ha contestado algunas. Entre otras la de esa niña de la foto, esa niña inmigrante que está compartiendo casa con doce personas en un piso de sesenta metros, que tiene que operarse en un Sanatorio privado porque la red pública de salud no tiene soluciones para ella, una sombra que legalmente no existe. Solo que, y esas son las cosas que según Luisa no se dicen, los médicos que la van a operar no cobrarán por su trabajo y los gastos del sanatorio correrán a cargo de la Fundación. La Reina ya le ha escrito y le ha dicho que en breve encontrará una solución al problema de la casa. ¿Ven? Hay soluciones. Hasta para las situaciones más difíciles encontramos soluciones, si tenemos voluntad para arreglar las cosas.


Aquí en León lo hemos visto también. Lo han hecho con el autobús de ASPACE. Lolo sabe del asunto, pregúntenle cuando venga a la tertulia y Dani Martínez, el cómico, que ha movido el asunto en la Fundación Inocente Inocente. Sí, es lo que tiene la risa, que es capaz de arreglar muchísimas cosas.

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