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viernes, 7 de marzo de 2014

Ocho de marzo. (En Hoy por Hoy León, 7 de marzo de 2014)

Mañana celebramos otra vez el día de la mujer. Otra vez ocuparemos tiempo en recordar lo obvio. Me gustaría que llegase un día en el que ya no tuviésemos que hacerlo, pero basta escuchar las noticias de esta última semana para darse cuenta de que sigue siendo necesario, de que hasta valdría la pena recordarlo cada día y no uno en especial. Es verdad que no es de las víctimas de la violencia machista de lo que hoy toca hablar, sino de algo que va más allá. Hoy toca hablar de la situación de partida.

Y resulta que la situación de partida es la misma, que todos nacemos iguales. Lo que pasa es que luego se nos va reconduciendo en una dirección divergente, de manera que se nos olvida aquello de la igualdad y hasta nos creemos que es verdad que el fútbol es cosa de chicos y la plancha un asunto de mujeres. Hay hechos biológicos incuestionables que nos hacen distintos, claro, eso es otra obviedad, pero es que hace ya mucho tiempo que los seres humanos, en nuestra evolución, hemos incorporado nuestra propia humanidad a la biología, de manera que, en nuestro modo de adaptarnos al medio, influyen los aspectos culturales tanto o más que la genética. Somos un producto de nosotros mismos, el resultado de nuestra propia acción transformadora y eso ha hecho que las diferencias biológicas entre unos seres humanos y otros, sean las que sean, se diluyan en nuestro propio modo de construir un modelo de convivencia en el que todos, mujeres y hombres, altos y bajos, gordos y delgados, feos y guapos, británicos o senegaleses somos iguales en lo fundamental. Esa es la lección de hoy para mañana. Una lección no por sabida innecesaria.

He estado viendo el programa de actividades que ha elaborado la Concejalía de la Mujer del Ayuntamiento de León. Me gustaría señalar dos conceptos que me resultan llamativos: empoderamiento y empleabilidad. Empoderar es hacer fuerte, otorgar poder a un grupo social o a un individuo desfavorecido. Viene del inglés y me cuesta un poco, porque se me hace raro al oído, pero me suena bien en este contexto. Lo cito aquí porque ayer se celebró en Espacio Vías un Taller de Empoderamiento dirigido a las mujeres leonesas. El otro concepto es empleabilidad, porque veo que existe un Programa para la promoción y el fomento de la Empleabilidad en las mujeres. Y resulta que eso ya no está en el diccionario. Empoderamiento sí, pero empleabilidad, gaitas. No sé si es un tema solo de palabrejas raras, pero me suena un poco a lo de siempre, a que la mujer, sobre todo en torno al ocho de marzo,  venga subir a los altares de lo políticamente correcto, pero, a la hora de la verdad, en los consejos de administración se sientan hombres, al frente de las empresas casi siempre hay hombres y hasta en los sillones de la Real Academia de la Lengua se sientan más varones que señoras.

Está bien que se celebren estos días y que se hagan cosas como la que hacen en mi pueblo, donde otorgan un premio a la mujer del año. El primero, y es algo que me llena de orgullo, se lo dieron a mi madre, una mujer de esas que han bregado con todo y que, en lo tocante a coraje, tiene un par de narices tan grandes como el que más. Vamos, que hay muchas mujeres como ella a las que no les hace falta empoderamiento de ninguna clase, pero, desgraciadamente, son pocas todavía.

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