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viernes, 9 de enero de 2015

Genéticamente preparadas. (En Hoy por Hoy León, 9 de enero de 2015)

Al margen de la discusión a raíz de un comentario de un niño en un programa de televisión para quien las mujeres están “genéticamente preparadas” para limpiar, me parece relevante que todavía hoy sigamos enredados en polémicas como esta. No quiero añadir más palabras a la cuestión, porque todos sabemos que no cabe ni una más, que ya está todo dicho y que es insostenible una opinión así. Solo un banal cliché o un exabrupto irreflexivo podrían conducir a semejante afirmación. La cuestión no es el qué, que eso no tiene disputa, sino el hecho de que haya sido un niño quien lo ha dicho y que se emita en un programa de televisión de una cadena pública que está oportunamente grabado, con lo que imagino que se podría haber borrado previamente de un plumazo. Perdona mi ignorancia, pero, como no sigo el cooking show, puede que sea una barbaridad lo que estoy diciendo y en el momento que el chaval soltó la frase ya no hubiera manera de quitarla. No tengo ni idea. ¿A quién podría interesar esta polémica?

El caso es que, si pruebas a poner “genéticamente preparadas” en Google, te salen dos alusiones a la frasecita del programa, pero lo que viene detrás habla de barbaridades en relación con lo que es oportuno que hagan los hombres y lo que corresponde a las mujeres o, peor aún, sobre cuestiones relativas al color de la piel. En cambio, si pones “genéticamente preparados”, se habla de que estamos genéticamente preparados para ser felices, que lo estamos para comer carne y también se habla de eso para lo que los judíos están genéticamente preparados, pero esa es una cita de Hitler y no la pienso leer. Quiero decir que la distancia entre el estereotipo y el fanatismo se recorre en un santiamén y que una sociedad que alimenta estereotipos es una sociedad que permite que crezcan los fanáticos. Me dirás que no, que cada uno tiene derecho a pensar lo que le parezca y es verdad, pero la clave está en pensar. Lo que nos sucede en muchos casos es que nos agarramos a ideas que nos suenan bien sin tener muy claro que realmente es eso lo que pensamos. Cualquiera que lo piense un poco sabe que las mujeres no están preparadas genéticamente para ninguna actividad social distinta de aquellas para las que pudieran estar preparados los hombres. Desde aquello del gen egoísta ya nos suena que a los genes lo único que les importa es que el organismo que los lleva se reproduzca, para poder transmitir a otra generación su carga informativa heredable, así es que no estamos genéticamente preparados para nada, porque la clave está en adaptarse al medio lo mejor posible y dejar huella en la siguiente generación.


Me pregunto si les apretaba la necesidad de dejar huella a quienes multaron al alcalde de Villamanín por transportar en la parte posterior o caja del vehículo a ocho personas, todas ellas menores de edad, poniendo o pudiendo poner en evidente peligro la integridad física de estas personas, siendo como era evidente que se trataba de los Reyes Magos y su séquito. Igual es que están genéticamente preparados para hacer cumplir la ley bajo cualquier circunstancia. Claro que, una vez vista la foto de la carroza, también era bueno hacer comprender al alcalde que es mejor para la supervivencia de Sus Majestades llevarlos en coche entre pueblo y pueblo y después subirlos a la susodicha, que no sufrimos más accidentes desgraciados en este tipo de eventos porque tenemos unos genes muy sabios y muchísima suerte.

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