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viernes, 29 de mayo de 2015
Radiografía. (En Hoy por Hoy León, 29 de mayo de 2015)
Este miércoles pasado el
Pabellón Margarita Ramos era un mosaico de colores. Los chicos y chicas que han
participado este curso en las Escuelas Deportivas Municipales dibujaban con sus
camisetas una estampa multicolor de ilusión, orgullo y alegría. La Gala del
Deporte fue un acto sencillo, un acto sin discursos, sin más protocolo que la
energía de Esther Peñalba, quien consiguió un ritmo espectacular en la presentación
de los premios. Gracias a ella, a la dinámica organización y a las exhibiciones
de gimnasia rítmica, capoeira y gimnasia artística, la tarde pudo ser algo más
que un desfile interminable de muchachos y muchachas recogiendo galardones y
posando para la foto del periódico. Desde la grada llegaba el calor en vaharadas
de entusiasmo. Allí estaban apiñados los familiares. Muchos sencillamente
soportaban estoicos todos los rigores de la situación y otros muchos
disfrutaban con la importancia del momento: en ese instante en el que el equipo
en el que ha estado compitiendo su hijo durante el curso recogía el premio, él
era el mejor del mundo, el número uno y ahí estaba, sonriendo a la cámara y
después haciéndose fotos con su monitor o tirándose por el suelo para celebrar
el triunfo como ha visto que hacen los deportistas de élite en la tele.
Las gradas estaban
abarrotadas y las sillas de la pista totalmente ocupadas por los deportistas
que tenían que recoger premios, por lo que había mareas de chicos y chicas
yendo y viniendo como bandadas de pececillos de colores entre las sillas y por
el escenario. En todo el color de la tarde, solo un punto negro: las tres
primeras filas, reservadas para las autoridades y los equipos directivos de los
centros, estaban prácticamente vacías. Escasa representación municipal y nula
presencia de autoridades educativas. No he visto las fotos, pero me imagino que
esto no saldría en los medios, por eso lo cuento, porque me dolió sentir ese
vacío. Me hubiera gustado que todos los centros educativos hubiesen enviado
alguna representación, que por mucho que se tratara de una actividad municipal,
deberían de haber estado presentes las autoridades educativas, porque el
deporte es educación y las Escuelas Deportivas están organizadas en torno a la
Escuela. Yo creo que hay muchos aspectos mejorables en las Escuelas Deportivas,
sin duda, pero el acto del miércoles estuvo bien organizado y es un acto
necesario, porque el hecho de poder hacer deporte ya es un privilegio en sí
mismo, pero es bonito reconocer además a los que destacan. Quizá sería mejor
que todos subiesen al escenario, absolutamente todos, pero eso sería
interminable, aunque sé que a estas edades, y si me apuras a todas, ganar o
perder no es lo importante.
Por eso me extrañó que no
estuvieran las autoridades educativas, quizá ese fuera un fallo en la
organización o una falta de entendimiento. Me pareció una mancha la gran
cantidad de sillas negras vacías en un pabellón a reventar. Precisamente el miércoles anterior en la
Prueba de Competencia Lingüística de la Evaluación de Diagnóstico para alumnado
de 2º de ESO, en uno de los ejercicios se utilizaba un artículo sobre Cristiano
Ronaldo bajo el título “Radiografía del mejor del mundo”. No me digas que esto
no es una auténtica radiografía: sillas vacías en la gala del deporte base y
Ronaldo a todo trapo para ilustrar el examen. ¿Cuál es el modelo que
perseguimos?
viernes, 22 de mayo de 2015
Barullo de ectoplasmas. (En Hoy por Hoy León, 22 de mayo de 2015)
Te digo que no me extraña
que el candidato del PAL en San Andrés encontrase un cadáver durante la
campaña. Ya decía Francisco Gómez que eso de “encontrar un fallecido les pilló
con el pie cambiado”. Parece ser que el anciano, que había muerto en su casa
sin que nadie lo advirtiese, padecía del síndrome de Diógenes y tenía
almacenada una importante cantidad de basura. Esa muerte en soledad entre desperdicios,
esa desaparición entre los despojos, no deja de ser un signo de los tiempos.
Ya, ya sé que me vas a decir
que cosas como esta han pasado toda la vida, que siempre ha habido y habrá
personas que desaparecen un buen día y que nadie pregunta por ellas. Lo
interesante es que haya tenido que ser un candidato el que tire de la manta y
destape el pastel, cuando, en general, los políticos son tan proclives a evitar
problemas. La muestra, una vez más, en la actualidad: en la web de Radio León
puedes escuchar un extracto de la conversación entre Herrera y un picador que
subió al escenario para reivindicar la difícil situación de las cuencas
mineras. Todo el esfuerzo del Presidente es naturalmente por solucionar el
conflicto generado entre su interés en dar el mitin y la determinación del
minero a que se le escuche. Ese conflicto de intereses entre el dar y el
recibir, ese desequilibrio, es el que hace posible situaciones como la que se
vivió ayer en el Auditorio. Quizá se puede criticar el asalto, por lo que tiene
de forma de violencia, pero tengo que decir que las cosas que dijo algún dirigente
provincial del PP, son una declaración de principios, una marca de la casa que
es lo que hace que exista tanto voto oculto, porque son formas de actuar que no
gustan a nadie. ¿No habrá dos mil maneras elegantes de conseguir que solo te
escuchen los que ya tienes convencidos? ¡Ah!, es verdad, que no te lo había
dicho, que creía que estabas de acuerdo conmigo en la idea de que los mítines
solo sirven para desconcertar al indeciso y enfervorizar al adepto. Hoy nos
tocan los de fin de fiesta y mañana a reflexionar y el domingo a ser buenos y a
sacar todos los cadáveres escondidos en todas las alfombras. Será una noche de
cifras, una noche puede que muy larga. Una noche propicia para los ectoplasmas.
Ya lo verás. Te digo que saldrá mucho ectoplasma a la calle, en un barullo
imposible de victorias. Y después la aritmética del pacto, una nueva forma de
entender la política que hará que todo ese festival de ectoplasmas del domingo
por la noche se vaya ajustando a pactos concretos, soluciones viables para los
pueblos y las ciudades. Así es que va el candidato y se encuentra con un
cadáver tras la puerta. ¡Y a mí que llevan ya muchos días preguntándome por las
ojeras de Gregorio Chamorro! No tengo ni idea, contesto. Yo no sé qué vientos
soplan por el Ayuntamiento de San Andrés, pero seguro que no es un céfiro suave
y apacible.
Y hasta aquí la campaña
electoral. Mañana toca reflexión y el domingo salir de dudas. La sopa de letras
se resolverá en porcentajes y ese barullo de ectoplasmas del que te hablaba se
irá concretando en gobiernos reales, con la emoción de los que llegan a la
política con el deseo de hacer bien las cosas y el hastío de los habituales que
tal vez cojan la vara de mando más pendientes de sus problemas que de los tuyos.
viernes, 15 de mayo de 2015
Magia Blanca. (En Hoy por Hoy León, 15 de mayo de 2015)
Hay veces que la verdad te
llega como en un disparo. Me encanta cuando me pasa, porque me doy cuenta de
que, cuando eso ocurre, es porque mi mente ha suspendido su actividad. Quizá la
forma más sencilla de comprenderlo es hablando de lo que se ha llamado
“pensamiento ajá!”. Martin Gardner escribió un libro muy divertido sobre el
tema. Un libro que te recomiendo y que se llama “¡Ajá! Paradojas que hacen
pensar”. En él explica algo que ya me dijo mil veces mi profesor de latín, que
los problemas que no somos capaces de resolver hoy debemos encerrarlos en un
cajón y olvidarnos de ellos, de manera que, al volver a enfrentarlos al cabo
del tiempo, lo normal es que se resuelvan en un golpe de vista o que hayan
dejado de ser problemas. Y la verdad es que bien pocos son los que persisten.
Anoche me contaban una
historia lejana, la de una mujer ya mayor que se agarró a su bolso y se escapó
de su día a día, emprendió un camino cualquiera y se refugió del calor de este mayo
atípico en un lugar en el que nadie podría encontrarla. Nadie salvo su propia
muerte. Ya ves. Lo curioso es que no me produce tristeza un suceso semejante.
Más bien me da por pensar que es un triunfo. Cuando analizo las circunstancias
comprendo que es un suceso horrible, triste y doloroso. Eso es lo que me dice
mi mente. En cambio, visto desde la intuición estratégica del “¡ajá!”, ese acto
de voluntad liberadora es un triunfo.
Al hilo de la idea del
triunfo, me han hablado estos días de un muchacho que es mago y que se dedica a
pasar por los hospitales de Madrid haciendo magia a los niños enfermos de
cáncer. Lo he asociado con el triunfo. Dice este mago que antes le preocupaba
mucho ganar dinero, tener éxito, triunfar para vivir bien y resulta que ahora,
desde que está yendo a los hospitales, esto ha dejado de ser un problema para
él, porque ahora entiende que lo único que importa, lo único que realmente
valora, es la vida, porque dice que es lo único que tiene que realmente vale la
pena. Es el mago Alberto. Y claro que sé que no es novedad que haya magos
solidarios. La novedad es esta manera de entender el éxito, este enfoque de la
idea del triunfo, porque una de las primeras cosas que uno tiene que aprender
para poder ser feliz es que las pérdidas son positivas. Las enfermedades no son
problemas, son armas que nos da la naturaleza. Iba a decir armas para crecer,
pero ahora hay varias palabras que, por lo menos hasta que no termine la
campaña, son difíciles de usar. El infinitivo da mucho juego, porque a veces
viene de un mal uso del imperativo. Creced se convierte en crecer, trabajar
viene de trabajad y hacer, bueno, no sabría bien decir qué es lo que podemos
hacer. Y es que es curioso esto de los infinitivos, que también el PSOE lo trae
a la espalda con su “Gobernar para la mayoría”. Y es que, en el fondo, el
infinitivo esconde un cierto carácter imperativo. Lo he visto en la foto de
Silván, esa en la que está con las manos abiertas como queriendo dar una
explicación. Cuando lo ves al pasar, parece el gesto de un pistolero, el gesto
que hacíamos cuando niños y jugábamos a policías y a ladrones y nos
disparábamos con el dedo. Creo que es un gesto desafortunado a pesar de la
calidez y la bondad que se respira en la foto. ¿Cómo serían estos políticos de
niños? ¿Le gustarían al niño Silván los trucos del mago Alberto?
viernes, 8 de mayo de 2015
Aire de León. (En Hoy por Hoy León, 7 de mayo de 2015)
No sé si las seguirán
vendiendo. Hace algunos años se podían comprar en alguna tienda de recuerdos
para turistas unas latas que contenían supuestamente aire de León. Tengo que
confesar que me compré una. No creas que no me da un poco de vergüenza
reconocer que me dejé atrapar por la superchería, sobre todo porque me dio por
pensar que quizá lo que había dentro de la lata fuese aire de un sitio
cualquiera, quizá León, pero quizá cualquier otro lugar en el que se hubiese
cerrado. Venía decorada con una estampa del gallo de San Isidoro. Me resultó
simpática esa idea de atrapar el aire, de poder llevarlo encerrado hasta
Albacete, a Milwaukee o a una aldea de la Prefectura de Kyoto y soltarlo allí.
Claro que, enseguida se da uno cuenta de que está haciendo el primo, que en realidad
está tirando unas monedas en algo que no tiene ningún valor. Ni siquiera como
recuerdo, creo. No sé cómo lo ves tú. Casi te diría que esto mismo es lo que se
nos lanza desde hoy, con toda la fuerza del poder de la política, contra
nuestra inteligencia. Se nos lanza aire enlatado de León, aire de
Villaquilambre, de Astorga, de Cistierna, aire de monte y de páramo, aire
contra la inteligencia. Tal vez no aire del todo puro. Puede que humo. Sí,
puede que se nos venda humo enlatado en forma de promesa electoral y nosotros
lo compremos y lo llevemos de recuerdo y lo pongamos un domingo en una urna de
cristal para quitarle el polvo de cuando en cuando. Es como en el cuento de
Faulkner en el que el asesino se pone en evidencia por una voluta de humo
atrapada en una cajita. En realidad no hay nada.
He estado hablando con
muchos candidatos de los que no salen en los carteles. Personas cuyos nombres
aparecen en la cola de las listas. Gente que no busca notoriedad, que solo
quiere echar una mano para apoyar unas ideas que cree que le representan. Es la
gente que debería ganar las elecciones. Me fijaba hace un rato en la primera
rosa, una rosa de un rosa perfecto, escondida entre las espinas, arrancando un
trazo de color sobre el fondo verde de las hojas de ese viejo rosal que siempre
me enseña las primeras rosas de la temporada. Un rosal obstinado. Dedicado a
florecer cada primavera, sin fallar ni un solo año a su promesa de flores. Me
gusta pensar en esas personas que siempre ofrecen su lado más colorido a cada día,
las personas que afrontan cada dificultad con la sonrisa encendida en la
mirada. Y es curioso que esas personas, que con tanta ilusión hacen las cosas,
no estén en los primeros puestos de las listas y dejen ese escaparate a los
profesionales. Es curioso, porque luego estos profesionales nos traerán el aire
enlatado del que hablaba. Eso en el mejor de los casos, cuando no se trate
simple y llanamente de humo, puro humo que se escape entre los dedos del
electorado.
Creo en el poder de los
héroes del anuncio de los coches, esos héroes anónimos que hacen que todas las
cosas funcionen, creo en la magia de los que consiguen que un niño crezca sano
y aprenda a entender el mundo. Me convencen esos hechiceros que ponen en marcha
la marea de utensilios que nos facilitan cada segundo de la vida. Admiro a
quien sabe detener el instante doloroso en el que alguien se aparta a un lado
porque su tiempo se ha acabado. Voto por ellos, por todos esos que, estén o no
en las listas, saben que el aire enlatado no es aire y que entre las espinas de
un rosal siempre hay un hueco preparado para la belleza. No sé si sabes que ya
estamos en campaña.
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