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viernes, 4 de marzo de 2016

Et in Arcadia ego. (En Hoy por Hoy León, 4 de marzo de 2016)

         Me imagino a los Diputados electos por León. Pienso en la situación de nervios que estarán viviendo. Quizá los números uno de PP y PSOE no, porque ellos saben que, si se repiten las elecciones, probablemente vayan a repetir como Diputados. Lo que no sé es si los otros tres lo tienen tan claro y quizá esa situación les afecte a la hora de votar esta tarde. Quiero decir que, a veces, uno tiene que tomar decisiones que van en contra de sus propios intereses, porque se me ocurre que quizá a alguno de nuestros cinco representantes en el Congreso de los Diputados no le convenga, en lo personal, que se repitan las elecciones, porque su escaño pueda estar en el aire, o porque su puesto en una futura lista electoral pudiera estar en entredicho. Pero la disciplina tiene esas consecuencias y nos vemos actuando contra nuestro propio interés porque sabemos que hay un interés mayor ante el cual debemos plegar nuestras aspiraciones.

         Me encantan esas situaciones de doble perfil, porque ahí es donde nos curtimos como personas. En esa decisión, ese instante en el que decimos no, o sí, o nos abstenemos, en el momento en el que salimos al ruedo de la vida con una posición tomada, dejamos de lado todo eso que no hemos escogido. Nuestras elecciones tienen siempre un fondo que nos dibuja como personas. La capacidad para gestionar todo eso que se queda atrás o que se queda fuera, aunque sea algo que nos interesa a nivel personal o individual, es lo que nos engrandece. Votar “no”, aún sabiendo que ese “no” significa que quizá en la repetición de las elecciones ni siquiera vayas en la lista, no es solo ser disciplinado. Me encantaría saber qué pasaría si cada Diputado votase de acuerdo con su conciencia, con sus intereses o, mucho mejor aún, en función exclusivamente del sentir de los ciudadanos a los que representa. ¿Te imaginas qué caos? Hay un vídeo magnífico que me enseñó mi hija en el que se explica con mucha claridad qué es una democracia y enseguida te das cuenta de que nuestra forma de gobierno no es efectivamente una democracia. Por si lo quieres buscar, creo que basta con escribir en el buscador “democracia” y “Rubén Carrasco”. Ese es el vídeo en el que se explica que nuestra democracia es una herencia de las llamadas Repúblicas de Gobierno Representativo, es decir, que no es una verdadera democracia.

         Y allí estarán esta tarde nuestros cinco representantes, votando de manera obediente lo que les dicte su conciencia, que no será otra cosa que lo que haya decidido su partido. Así es y puede que sea bueno que así sea. Yo no quiero juzgar. Solo digo que en el momento en el que los Diputados son solo números en una suma imposible hacia la mayoría, todo eso otro que hemos estado oyendo toda la semana no es más que el ruido de una matraca. Un gasto inútil de dinero, tiempo y esfuerzo. Un ejercicio de sobreactuación para ir tomando posiciones en una hipotética nueva campaña electoral que podría dejar fuera a muchos de los que hoy van a decidir si se nombra o no un gobierno para la semana que viene.


         Y ahí está el doble sentido: esos Diputados disfrutando de la Arcadia feliz del hemiciclo, rodeados de un permanente Memento Mori, el recordatorio de que todo ese oropel es prestado. Et in Arcadia ego, para que lo interpretes como te parezca, sabiendo que todo eso que escoges te conforma tanto como lo que dejas.

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