Buscar este blog

viernes, 28 de abril de 2017

¡Qué bien soplas, Eliseo! (En Hoy por Hoy León, 28 de noviembre de 2017)

       Hay días en los que te gustaría soplar con fuerza y apartar esos nubarrones que te empujan hacia las laderas grises de lo que ves. Es como que pudieras apartar de un soplido eso que te aplasta para que el sol encienda un arcoiris en la suave ladera verde que no has sabido ver con tanta niebla. Pero eso del soplo tiene su arte, aunque, si lo piensas bien, es tan sencillo como querer hacerlo.

      No obstante, hay que saber soplar. Había un conocido de un colega mío que siempre era el que tenía que coger el coche cuando se iba de jarana con los amigos, porque era el único que no daba en el control de alcoholemia, aunque tomaran un par de vinos. Lo malo es que cuando los paraba la Guardia Civil había otro que, mientras soplaba, le decía: ¡Qué bien soplas, Eliseo! Y el guardia se mosqueaba, porque aquello tenía pinta de que le estaban tomando el pelo, pero el copiloto, por mucho que Eliseo le daba con la pierna, no salía de su admiración. ¡Qué bien soplas, Eliseo!, decía embobado. Pues ese es el cuento, que hay quien sabe soplar como nadie y apartar los nubarrones sin problemas y hay quien se deja la nube en el ojo y no es capaz de ver más allá de la tela de araña de sus obsesiones. Pero ayer por la mañana, en la clausura de las Jornadas Provinciales de Difusión de la Formación Profesional de León dijo María JesúsSoto que de todo puede uno recuperarse, pero que hay algo que no podemos perder porque lo tenemos de manera limitada, el tiempo. Lo explicó con una claridad terrorífica que calló de un soplo a todo el salón de actos: “de lo único que estamos seguros es de que nos vamos a morir”, dijo. Y lo hizo de tal manera que se quedó helado todo el mundo, como si nunca se hubieran parado a constatar semejante verdad. Hubo un momento tremendo de hiper-realidad, un soplido que barrió todas las conversaciones. Y apostilló: “Y, como el tiempo es limitado, ¡no lo perdáis!”

           Lo interesante del caso es que te lo dice una experta en inversiones, así es que ya sabes. Gestiona mejor o peor todo lo demás, pero el tiempo no lo dejes ir, no lo malgastes. Por eso, si crees que estos tres minutos no te aportan nada, si crees que esto que estás haciendo ahora al parar el coche para poder terminar de oír el comentario es perder el tiempo, apaga y sal ya. No te enganches a nada que no sea para hacer crecer tu tiempo, para extenderlo. Como decía aquel concejal cuando tenía que irse a una cena y su mujer le ponía mala cara: “¡Es oficial, Emilita!” Y como es oficial, déjate de nubarrones y atiende solo al arcoiris. Mira a ver de dónde arranca, en qué suave ladera crece. Y haz que tu tiempo sea tu mejor inversión. Haz solo las cosas que merecen la pena.


            Hablando de riqueza y de inversiones, ayer me encontré un titular en la prensa que me encantó. Decía: “León es incapaz de retener al 37% de los nacidos en la tierra”. Me encanta la ambigüedad de la frase, porque, aunque claramente nos habla del descenso tan dramático de población que las estadísticas han corroborado esta semana, también me recuerdaAmanece que no es poco”, aquella locura de película de José Luis Cuerda en la que Resines no podía con la risa. Allí sí que salían unos que nacían en la tierra. Una película para sentir la alegría, la mejor forma de emplear el tiempo. Fuera nubarrones: ¡qué bien soplas, Eliseo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario