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viernes, 5 de mayo de 2017

Razones por las que se ha helado tu hortensia. (En Hoy por Hoy León, 5 de mayo de 2017)

         Me hubiera gustado tirar de una idea que tuve hace unos días a propósito del despropósito y de la hipocresía de la corrupción. Era una idea muy vaga, algo que no terminaba de concretarse en nada, como esos devaneos judiciales alrededor de algunos aparentes casos de corruptelas varias. El pensamiento es un poco absurdo y es más una imagen que otra cosa. Verás, es algo así como que la historia, en su devenir dialéctico, enfrenta desde que el mundo es mundo a los que tienen con los que no tienen y que esa relación de oposición se ha ido resolviendo de un modo u otro en las diferentes etapas, en los diferentes momentos en los que la humanidad ha sido capaz de crear técnicas espectaculares para transformar el mundo. Sobre la legitimidad de los que tienen frente a los que no tienen y esas cosas no me voy a poner a discutir contigo, pero sí que estás de acuerdo en que esa tensión ha existido y existe.

La imagen que tenía en mente es que esa oposición se ha ido resolviendo de manera que algo tiene que ver por ahí, aunque sea metafóricamente, la estampa de una manzana. La manzana de Adán y Eva en esa primera toma de conciencia sobre la ingenuidad moral; la de Guillermo Tell, apuntando a la cabeza de la rebelión contra los señores feudales y abriendo la puerta al estado moderno; la de Newton, sentando las bases de lo que iniciaba el puente hacia la revolución industrial y finalmente la de Steve Jobs, simbolizando esta revolución industrial que dicen tercera y que puede que ya sea cuarta, una vez que vivimos en un mundo de robots e inteligencia artificial. No sé si es que la manzana nos recuerda, permíteme la imagen soez, que somos mamíferos y nos ata a la tierra o es que, como es el símbolo de la conciencia moral, ha pervivido de revolución en revolución en tanto que elemento que identifica la necesidad de conocer, el impulso genético hacia el conocimiento. Y esa idea de la que te hablo era que esto de la manzana Blancanieves, símbolo de pureza, de salud, de belleza si quieres, de perfección moral, se me deshacía en algo más burdo - yo que sé-: en un festival de chorizos como el que hubo el fin de semana pasado en La Bañeza. La imagen es un poco, parafraseando el título de la peli, que vamos con fabes y a lo loco. Lejos de las manzanas de la salud, atiborrados de grasiento chorizo con fabes y morro y oreja y manos y esas inyecciones inmorales de colesterol puro. Rodeados de corrupción.


         Y, claro, uno nunca está seguro de su santidad. Sé que me dijiste que se te había helado la hortensia, o quizá me lo invento. Creo recordar que dijiste que las heladas que han convertido el viñedo en catástrofe han helado tu hortensia porque estaba seca y no ha podido salvarse con un manto de escarcha, arroparse en humedad para salvar el frío de esta traidora primavera que ha helado tantos brotes. No ha habido solución para tus colores. Lucirás solo el rojo de los geranios o el capullo rosa de rosa que se ha quedado mirando cómo todos los que había a su alrededor ardían en hielo. Y la hortensia, como dicen en la fala cepedana, escurquillouse toda, que me parece que tiene un sentido un poco más picarón de lo que yo creo, pero que me encanta cómo le cae al pelo aquí a tu tragedia. Ya sabes, furon al ramusqueiro y pasó lo que pasó. Y así veo la política, olvidada de toda manzana, con fabes y a lo loco.

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